miércoles, 5 de octubre de 2005

La Revista Escolar

Cuando uno comienza a estudiar periodismo es muy común oír hablar sobre "las cuatro w"; éstas hacen referencia a las iniciales de las palabras inglesas what, who, when, y where, es decir, qué, quién, cuando y dónde. Se supone que una buena nota debe contar, como mínimo, con estos datos. Algunos, más sofisticados o mediáticos, agregarán por qué, para qué y/o cómo.
Comencemos con el qué. Lo más sencillo de decir es que, como otros años y de acuerdo a lo que fuimos conversando en una de las reuniones de área, estamos armando la Edición Anual de la Revista Escolar. Sin embargo, esto no alcanzaría para dar cuenta de todo lo que estamos encarando. Si bien es cierto que, como otras veces, la estamos haciendo como proyecto del área, el aspecto más novedoso y quizá más significativo es el modo en el que estructuramos su realización, esto es: talleres opcionales para los alumnos, simultáneos con sus horas de clase.
Una aclaración: nos resultan obvios los beneficios que reportan para nuestros alumnos el poder pertenecer al staff de la revista, por eso, no voy a abundar aquí en ello, sino que me voy a detener en la organización del Proyecto en sí.
El gran componente es el taller. Hay distintos tipos según los requerimientos que surgieron al considerar la concreción del proyecto. Éstos están a cargo de algunos de los profesores del Área Comunicación del Ciclo Superior y funcionan durante parte de sus horas de clases; a los que se le suman, montados en ese mismo horario, aquellos que están a cargo de profesores con horas módulo asignadas. Esto permite a los alumnos elegir entre los dos o más talleres que están teniendo lugar al mismo tiempo. La cantidad de alumnos por cada uno depende de las necesidades de cada taller y se fueron acordando al comienzo.
Este esquema nos planteó algunos retos institucionales como ser: ¿Cómo se le pone una nota a un alumno que está con otro profesor?, ¿En qué espacios se van a dar estos talleres? etc., etc.. En mayo no teníamos las respuestas pero las fuimos encontrando a medida que íbamos discutiendo e intercambiando ideas. Respuesta a la primera pregunta: siendo un trabajo integrador, finalmente reflexionamos que la nota debe provenir del mismo marco integrador; por eso concluimos que cada profesor debe recibir de sus pares las evaluaciones de cada alumno y luego, de forma conjunta, acordar una calificación. Asimismo, consideramos que, dados los tiempos de ejecución del proyecto, las notas del primer informe podrían resultar un obstáculo más que una orientación sobre el desarrollo de los aprendizajes; por eso, aquellas materias que tienen horas de clase comprometidas directamente con talleres pueden optar por no elevarlas. En cuanto a los espacios, pudimos asignar, en primera instancia, las salas de Informática y de Biblioteca (cuentan con varias computadoras, Internet, etc.), y en segunda instancia, el SUM y el aula, de modo de no superponerlos con ninguna otra actividad programada en dichas áreas.
Pasemos al quiénes. En un principio y con este esquema en mente, les preguntamos a todos los docentes del área cuáles eran sus posibilidades para tomar horas módulo. De acuerdo al mapa que fuimos configurando (cambiante hasta el último día), logramos armar en diferentes días y horas, varios de estos talleres: investigación (Carlos Rico, María Laura Magariños, Edith Bello, Walter Rago, Claudia Vespa), redacción (Carlos Rico, María Laura Magariños, Edith Bello), publicidad (Gonzalo Cazas), corrección (Liliana Cabullo), diseño y diagramación de la revista virtual (Gonzalo Cazas), diseño y diagramación de la revista impresa (Norma Balzaretti), informatización de la revista virtual (Pablo Gestro), informatización de la revista impresa (Pablo Gestro). Éstos últimos talleres existen porque editaremos una versión impresa y otra que podrá ser leída desde Internet; ambas contarán básicamente con los mismos contenidos pero tratando de explorar las posibilidades de cada soporte.
El entramado bosquejado nos permitió involucrar directamente a alumnos de 5º1º, 5º2º y, en menor medida, de 4º1º. Hubiésemos querido abarcar a por lo menos todo el Ciclo Superior, pero por cuestiones de disponibilidad de horarios de todos, no nos fue posible; por supuesto esperamos poder mejorar la propuesta para el año que viene. Igualmente, el resto de las materias de la especialidad quedan involucradas a través de su participación con los trabajos hechos por los alumnos en sus horas. Este criterio también se extiende al resto de la comunidad educativa, lo único que les pedimos es que entreguen las notas en diskette.
Hasta aquí, no ha sido una tarea sencilla, este tipo de organización demanda un gran esfuerzo, pero lentamente está caminando y creciendo. Pero si resulta tan compleja, ¿Por qué organizarnos así? Nuestra intención es evitar algunas situaciones, muy loables pero desgastantes y en definitiva contraproducentes, como ser: muy pocos alumnos y docentes involucrados (con todo lo que eso conlleva), alumnos viniendo a contraturno casi como un castigo, profesores trabajando a destajo (mayormente gratis) para garantizar la concreción de la edición; y hay más, pero éstas son las principales razones y creemos que la propuesta puesta en práctica puede ser un modo de solucionarlas o, en todo caso, de reducirlas y/o acotarlas. En ese sentido, es de destacar el hecho de que, en general, hemos encontrado muy buena predisposición, tanto entre los docentes como entre los alumnos, para llevar adelante estas ideas que, esperamos, resulten bien.
El cuándo es muy sencillo: ahora, pues los talleres ya están funcionando y seguirán así hasta comienzos de noviembre; antes de terminar las clases deberíamos poder estar leyendo nuestra revista, tanto en Internet como en el ejemplar de papel.
El dónde ya está dicho: en nuestra escuela.
Éstas son, en líneas generales, las características del Proyecto Revista. Contamos con el respaldo de la Dirección de la Escuela, de la Cooperadora Escolar, de docentes no directamente del área, tal el caso de Teresa Bertazzo, e incluso con los buenos augurios del supervisor de la escuela. Pero hay algo más, desde el principio del proyecto hemos acordado con la Dirección evaluar este proyecto como un proceso y no como un producto; es decir, no usar las dos ediciones de la revista para dar cuenta de todo un proceso complejo que involucra a tanta gente, sino integrar su análisis en un marco más amplio, capaz de tomar en cuenta los cambios que este movimiento produce en todo el quehacer escolar, su verdadera dimensión dentro del proceso enseñanza-aprendizaje, el impacto en la comunicación entre colegas docentes, entre alumnos y en general en la escuela, y en definitiva, capaz de ver las mejoras a realizar y no los motivos de lo que muy rápidamente se suele calificar de fracaso.

Reflexión personal
Cuando pienso ¿Por qué hacer todo esto? Me respondo que ese mundo de materias con nombres tan mediáticos, que a veces llega a ser percibido por algunos chicos como un Kaos, debería poder transformarse en un Cosmos o, como le decía a Susana y a Walter, y siguiendo la analogía astronómica, para que se alineen los planetas ( de hecho, algunos planetas ya están hablando entre sí). Uno podría pensar -Y... ¿No será mucho?- déjenme decirles que sí, claro, pero ¿Por qué no intentarlo?



Marcelo Stigliano
Coordinador Proyecto
"Revista Escolar"